Una de las cosas que me molesta mucho de mi país es el poco orgullo nacional que se respira en las calles, todos exclaman: "¡Viva México!" pero en su interior se creen europeos o gringos, ven con repudio a un indígena mientras se desviven por agradar al extranjero y como muestra les dejo una anécdota.
Hace ya casi un año Juri, una amiga francesa que ya lleva en México poco más de 2 años, me contó que fue a turistear por la provincia del Estado de México con su abuela. Estaba en un restaurante cuando notó un gran alboroto por parte de los comensales, inclusive los meseros parecían nerviosos así que Juri se asomó a ver lo que pasaba.
En una mesa del lugar se encontraba comiendo un hombre al que se le acercaban varias personas a pedirle autógrafos y tomarse fotos, él parecía molesto de ser molestado en su intimidad pero eso no desanimó a Juri que se le acercó para pedirle una foto, aunque no sabía quién era o por qué tan asediado. El hombre resultó ser Eduardo Santamarina, famoso actor mexicano quien accedió feliz de la vida a tomarse foto con mi amiga francesa.
Lo rescatable de esta historia es la actitud de Santamarina: se mostraba molesto con la gente mexicana que se acercaba a él pero en el momento que supo que Juri era francesa su actitud cambió totalmente y se volvió amable y hasta conversador. He observado esto en varios mexicanos que repudian a sus compatriotas para desvivirse por un extranjero y les pregunto: ¿alguna vez han visto a un alemán que se preocupe por algún otro que no sea alemán?, ¿un gringo?... ¡claro que no! Ellos ven por los suyos y creo que es buen momento para que los mexicanos veamos por nosotros y nos apoyemos porque nadie más lo hará.
Hace ya casi un año Juri, una amiga francesa que ya lleva en México poco más de 2 años, me contó que fue a turistear por la provincia del Estado de México con su abuela. Estaba en un restaurante cuando notó un gran alboroto por parte de los comensales, inclusive los meseros parecían nerviosos así que Juri se asomó a ver lo que pasaba.
En una mesa del lugar se encontraba comiendo un hombre al que se le acercaban varias personas a pedirle autógrafos y tomarse fotos, él parecía molesto de ser molestado en su intimidad pero eso no desanimó a Juri que se le acercó para pedirle una foto, aunque no sabía quién era o por qué tan asediado. El hombre resultó ser Eduardo Santamarina, famoso actor mexicano quien accedió feliz de la vida a tomarse foto con mi amiga francesa.
Lo rescatable de esta historia es la actitud de Santamarina: se mostraba molesto con la gente mexicana que se acercaba a él pero en el momento que supo que Juri era francesa su actitud cambió totalmente y se volvió amable y hasta conversador. He observado esto en varios mexicanos que repudian a sus compatriotas para desvivirse por un extranjero y les pregunto: ¿alguna vez han visto a un alemán que se preocupe por algún otro que no sea alemán?, ¿un gringo?... ¡claro que no! Ellos ven por los suyos y creo que es buen momento para que los mexicanos veamos por nosotros y nos apoyemos porque nadie más lo hará.
1 mágicos comentarios:
que fueeeerte! che wey, y me caía bien, mi mamá tiene su foto con él cuando fue a ver "Aventurera", jajaja, yo quien sabe dónde andaba que no fui, seguramente de parranda
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